El horizonte de inversión corresponde al plazo de tiempo que transcurre hasta el uso previsto de los ingresos obtenidos por la liquidación de una cartera de inversión. Esta liquidación podría ser para atender nuestros propios gastos o para reasignar nuestros activos en otros instrumentos con mejores oportunidades.
Por ejemplo, una persona de 35 años planea retirarse a la edad de 60 años, en cuyo momento liquidará su cartera y recolocará su patrimonio para sus años de jubilación; tiene un horizonte de inversión de 25 años. Cuando el horizonte de inversión se limita al período de tiempo hasta que la estrategia de inversión se revise, en ocasiones se denomina horizonte de planificación.
El tiempo es uno de los factores menos tenidos en cuenta en el momento de invertir, y uno de los más importantes. En realidad, el concepto de inversión, esta profundamente relacionado con el tiempo: $100 hoy no valen lo mismo que $100 dentro de un año. A partir de esta ecuación desigual en el tiempo, existen quienes están dispuestos a pagar por usar su dinero mientras no lo necesite.
Cuanto más tiempo esté dispuesto a dejar su dinero inmovilizado, más están dispuestas las instituciones a pagarle. Su horizonte de inversión, es decir el tiempo por el que planifica dejar invertido su dinero, es entonces uno de los primeros aspectos que debe tener en claro en el momento de invertir.
Corto, mediano y largo plazo Si usted está juntando dinero para sus próximas vacaciones, o está especulando en el
mercado en términos técnicos o por alguna noticia, su horizonte es claramente de corto plazo. Si está pensando en la educación universitaria de sus hijos, dentro de cinco o seis años, está pensando en objetivos de largo plazo.
Por lo general existen ciertas variaciones en cuanto a la definición del plazo a invertir, pero podríamos hablar en términos generales para el caso de las acciones para una inversión de corto plazo, cuando el tiempo que el dinero se mantiene invertido es menor a tres año; de mediano plazo cuando se trata de inversiones de 6 meses; y de largo plazo, cuando el tiempo en que el dinero permanecerá invertido supera el año.
Tenga muy en claro cuál es su horizonte en el momento de decidir una inversión ya que, entre otros aspectos, influye en el nivel de riesgo que puede asumir, y por lo tanto, en la rentabilidad que puede lograr.
No confunda su horizonte de inversión con el plazo nominal de una inversión Si usted invierte en plazos fijos y los renueva cada 30 o 60 días, no necesariamente ha dejado de pensar en el mediano o largo plazo. Mucha gente utiliza instrumentos nominalmente de corto plazo, pero pensando en mantener o repetir la inversión por tiempos mucho mayores. Esto no es un error, si forma parte de un plan calculado para mantener liquidez o estar preparado para imprevistos; pero por lo general, la rentabilidad que se puede lograr es inferior que si se utilizan instrumentos creados
especialmente para estas situaciones, como los fondos mutuos.
Incluya en su plan inversiones regulares. Todas las semanas, meses o años destine una parte de sus ahorros a construir un capital para el futuro. Los efectos de la capitalización en el largo plazo lo ayudarán a que su dinero crezca.
Conozca y utilice todos los instrumentos de inversión a su disposición
Hoy puede acceder a un abanico de instrumentos nuevos y ya probados en el mundo, que llegaron para quedarse de la mano de la estabilidad y el desarrollo del sistema financiero. En el mundo, la tendencia marca que los plazos fijos y las cajas de ahorro, los instrumentos más tradicionales, se están complementando con instrumentos más modernos y con mayor potencial. Acérquese a los fondos de inversión, acciones o bonos.
La volatilidad de las inversiones puede superarse respetando los horizontes de inversión recomendados para cada tipo de inversión. Si alguien invierte en Bonos del Tesoro y mantiene su posición por un periodo de un año, su rango de rentabilidad estará entre 2,5% y 7,5%, mientras que si vende su posesión durante los primeros tres meses, su rentabilidad puede llegar a ser negativa.
Cuando nos referimos al Horizonte de Inversión, estamos hablando sobre el período en el cuál destinaremos nuestro capital con el objetivo de obtener cierto nivel de rentabilidad asumiendo un determinado riesgo, de hecho las tres componentes principales a la hora de invertir son:
- Riesgo
- Retorno
- Horizonte de Inversión
Como el objetivo de toda inversión es determinar la tendencia del mercado, para definir el horizonte de inversión debemos identificar qué tipo de tendencia queremos operar. En base a esto, podemos identificar tres tipos de tendencia:
- Tendencia Primaria o de largo plazo
- Tendencia Secundaria o de mediano plazo
- Tendencia Terciaria o de corto plazo
Las tendencias frecuentemente se dividen en tendencias de largo plazo o tendencia principal, de mediano plazo o tendencia intermedia y de corto plazo o tendencia inmediata. En realidad, existe un sinfín de tendencias, desde las de muy corto plazo, que son vigentes por minutos u horas, hasta las tendencias que se desarrollan durante cincuenta años o más. La mayoría de los analistas técnicos restringen, sin embargo, su estudio a tres períodos, aunque siempre hay cierta ambigüedad sobre la forma de elegirlos.